5.9.12

¡VUELTA AL COLE!


El mes de septiembre marca, tradicionalmente, el inicio del curso escolar. Con el final del verano se reinician las clases; para unos: motivo de alegría y de esperados reencuentros, para otros: un motivo de preocupación.

El primer día de clase marca el cambio de las vacaciones a la rutina diaria y para los niños (as) es un día muy importante; por tanto, hay que hacer de ese momento, en la medida de lo posible; uno de los más felices y agradables. La forma en que los niños (as) viven el regreso a clases depende en gran medida de las actitudes y comportamientos que adopten tanto padres como maestros.

Preparar la vuelta al cole desde unos días antes de terminar las vacaciones es fundamental, para ayudar a un regreso exitoso al cole. Tanto los chicos (as) como los padres deben iniciar actividades que les permitan adaptarse a los cambios que implica volver a la rutina escolar:

              



1.    Reeducar la hora de acostarse y levantarse. En vacaciones todos nos acostamos y nos levantamos más tarde. Adaptarse a los nuevos horarios es muy importante, pero puede resultar difícil. Un proceso paulatino, con constancia y paciencia ayudan a lograrlo sin dificultades.

2.    Reeducar las horas de las comidas en función de los horarios escolares. También puede ser importante anticiparse a situaciones que pueden ser causa de estrés adicional para los padres al inicio del cole como por ejemplo, ¿qué hacer de comer? ¿qué llevarán los chicos (as) en la vianda? Planificar un menú para cada día de antemano y dejarlo a la vista en la puerta de la nevera es un buen recurso. Sabrá que debe comprar y las cantidades necesarias; ahorrará tiempo, dinero y. evitará preocupaciones innecesarias.

3.    Ensayar la organización del tiempo antes de salir para el cole. Una semana antes de iniciar las clases se puede practicar despertando a los niños (as) en el mismo horario en que asistirán al colegio, realizando las rutinas correspondientes: desayuno, aseo personal, vestirse solos y llegar a tiempo al colegio. Si los chicos (as) han dormido bien (al menos 10 horas) y la actividad se propone como un juego, participarán y se divertirán a lo grande. Padres e hijos aprenderán jugando; la adaptación a los nuevos horarios será más fácil y la ansiedad añadida de los “tiempos justos” en los primeros días de escuela, posiblemente, desaparecerá.

4.    Ensayar la preparación previa de lo necesario para ir al colegio al día siguiente: dejar la comida de los niños en las viandas, pedirles que dejen alistad la ropa que se van a poner y la cartera o portafolio para el trabajo. Estos ensayos, además de resultar divertidos para los niños (as) ayudan a la adaptación de todos y previenen el estrés que pueden generar las nuevas rutinas escolares.

5.    Dar una visión positiva del colegio. Explicarles a los niños (as) todo lo que aprenderán y lo divertido que eso puede resultar estimula e incrementa su motivación.

6.   Anticiparse, positivamente, a las posibles situaciones nuevas a las que pueden tener que enfrentarse algunos niños (as): nuevos compañeros, nuevos profesores y, en ocasiones también nuevos colegios. Anticiparnos a las situaciones nos permite tener a mano opciones para afrontarlas cuando se nos presentan y ayuda a disminuir el riesgo de ansiedad que pudieran generarnos.

7.    Compartir con los chicos (as) la preparación de los útiles escolares para el nuevo curso, permitiéndoles elegir y tomando en cuenta sus opiniones al respecto: que elijan su mochila y sus útiles de clase; que ayuden a forrar los libros; etc... Este también es un buen momento para enseñarles a reciclar, su significado e importancia; lápices de colores, carpetas, libretas, entre otros, pueden ser aprovechados para este nuevo curso. Ayúdalos  a renovarlos con un poco de creatividad para darles frescura y novedad: organicen los colores en un nuevo estuche, cambia el forro a carpetas y libretas. Las ideas de los niños(as) para esta tarea nos pueden asombrar.

                Este proceso de adaptación no debe durar más de 10 días; sin embargo, es clave la paciencia; retomar las rutinas no es fácil.

               Volver al colegio es una experiencia que se repite año tras año y cada vez que ocurre moviliza a toda la familia. La planificación adecuada, la actitud positiva y grandes dosis de paciencia de los padres guiarán todos los cambios que implica. Con estos ingredientes cada nueva etapa tendrá el éxito garantizado.


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