5.3.13

Proyecto Plastilina: Utilidad

La plastilina como recurso educativo


                A partir de los 2 años de edad, todos los niños/as, o al menos todos los que asisten al cole, comienzan a experimentar con plastilina. ¿Por qué será?.¿Es sólo un juego?, ¿una forma de mantenerlos divertidos y entretenidos?, o, ¿realmente la plastilina sirve para algo más?.

                Pues, aunque a los dos años de edad los niños/as aún están en proceso de maduración de destrezas para aprender a hacer formas concretas como bolitas o gusanos, la plastilina les permite experimentar con sensaciones táctiles y ejercitar esas destrezas motoras finas en crecimiento: pueden estirar, aplastar y romper trozos con facilidad. Lo importante aquí es el proceso y no el producto.




                Además de divertida, la plastilina es un excelente recurso para estimular y desarrollar habilidades y destrezas de forma lúdica; por ejemplo:

  • La motricidad fina: Al amasar y modelar se fortalecen los músculos de la mano y los dedos. Esto resulta de gran utilidad para el inicio de los procesos de lectoescritura ya que favorecerá la prensión de los instrumentos de escritura y dibujo, y el trazado de las letras. 
  • La coordinación óculo-manual: Necesaria para la lectura, la escritura y la ejecución de movimientos manuales precisos que requieren el apoyo visual.
  • La creatividad y la imaginación: A medida que los niños/as van experimentando con la plastilina van abriendo las puertas de su imaginación (tienen libertad para hacer cualquier tipo de creación) y aprendiendo a tomar decisiones: qué crear, cómo crearlo, qué colores usar, etc. 
  • Los procesos cognitivos: Aprendizaje por experimentación y descubrimiento, relaciones causa efecto, conceptos matemáticos, entre otros. Por ejemplo, aprenden los colores y descubren que al mezclarlos pueden crear otro; pueden aprender a contar usando trocitos de plastilina, a diferenciar formas y tamaños, a agrupar por categorías (colores, tamaños, formas, etc.).
  • La atención y la concentración: Mientras juegan, los niños/as aprenden a colocar sus sentidos en un estímulo determinado durante un tiempo determinado. Se estimula la capacidad de observación
  • La expresión de los sentimientos: La plastilina es la forma más básica de expresión y comunicación porque implica tocar y el tacto es la primera forma de comunicación que aprende un bebé; es el principal medio no verbal de relación del niño. Desde el momento del nacimiento, el tacto es la forma en que se comunican sentimientos. Para los niños más grandes, la plastilina puede ser catártica, es decir, les permite expresar, de forma segura, una gran variedad de emociones, sentimientos y pensamientos que de otra forma no saben expresar como la ira, la frustración o, simplemente, les permite liberar tensión.
  • El autoestima: La plastilina es un material muy fácil de manejar por lo que trabajar con ella puede ser muy gratificante para los niños que tienen dudas sobre su creatividad (Se necesita muy poca habilidad para usarla, por tanto no hay posibilidad de fracaso). Los trabajos que realizan los niños pueden tener permanencia; así, los niños pueden observar sus creaciones y ver su capacidad de participar en la actividad, esto promueve su autoestima. Trabajar con plastilina, también permite a los niños /as que ejerciten la toma de decisiones y el planteamiento de metas a corto y largo plazo.
  • Las habilidades sociales: Cuando se trabaja en grupo, los niños /as tienen la oportunidad de socializar con otros niños; se ayudan mutuamente, se preguntan entre ellos cómo lograron elaborar una figura, comparten sus avances, aprenden a trabajar en equipo, entre otros.
  • Los procesos senso-perceptivos: La plastilina es un material que permite el contacto directo e inmediato y,  el modelado a gusto propio y de forma rápida, esto hace que se generen gran cantidad y diversidad de estímulos favoreciendo un mejor desarrollo del sistema propioceptivo. El sistema propioceptivo permite que la información que el niño/a recoge a través de su cuerpo, pueda interiorizarse y expresarse. Esto contribuirá a facilitar sus procesos de aprendizaje posteriores.

 


Cómo iniciar a los niños en el juego con plastilina:

 
1. Inicialmente, motívalos a trabajar sólo con las manos y los dedos. Esto les permitirá conocer el material, su textura y cómo responde a sus manipulaciones. Si los niños son muy pequeños, alrededor de los dos años, y aún reconocen el mundo a través del olfato y el gusto, es importante explicarles que pueden olerla pero no se puede comer.

2. Luego, ofréceles objetos que puedan utilizar para dar forma a la plastilina, como por ejemplo: palitos de helado, rodillos de amasar, moldes o cortadores plásticos para galletas.

3. A medida que van madurando, enséñales a hacer gusanos, serpientes, churros o pelotitas; con una mano, con las dos y sobre la superficie de la mesa.

4. Estimula su curiosidad y su entusiasmo por experimentar. Coloca plastilina en un triturador de ajos y descubran que pasa, hablen sobre los resultados, creen “una obra maestra” con lo que salió del triturador de ajos. Ayúdalos a dar forma a sus ideas,  a materializar sus pensamientos, siempre sugiriendo y permitiendo que ellos experimenten y vean “qué pasa sí"..

5. Inícialos en el modelado de objetos conocidos, primero en el plano y luego tridimensionalmente. Pueden jugar a simular que hacen comidas (galletas, tartas de cumpleaños, frutas) y pegarlas sobre una cartulina. También pueden hacer esculturas y darles permanencia cubriéndolas con cola blanca diluida y dejándolas secar. Esto resulta muy interesante para los niños; les encanta enseñar los resultados de su trabajo, por eso es recomendable que guardes “sus obras”, al menos por un tiempo, no las tires al terminar de jugar.






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