14.9.12

EL JUEGO EN FAMILIA


La familia es el primer referente de cada persona. El lugar desde el cual se refuerza y se da confianza. El espacio en el cuál los niños se identifican, inicialmente consigo mismo y posteriormente con el mundo que lo rodea. Por ello, la familia se considera uno de los pilares del desarrollo de la personalidad. En este proceso, el juego puede funcionar como una “técnica” de gran valor para los padres.
En los últimos años, las exigencias de la sociedad “productiva” han  “secuestrado” los tiempos de ocio, de diversión y de compartir en familia; además, en muchos casos, han  “penalizado”, de algún modo, el juego en los adultos. Expresiones como “No se puede perder el tiempo en juegos”, son un ejemplo de la pérdida de valor del juego y el ocio como herramientas valiosas para la educación y la salud.
Jugar es necesario a cualquier edad. El juego es una excelente posibilidad para fomentar actitudes positivas, para promover aprendizajes significativos, para favorecer y facilitar la comunicación, para exteriorizar lo que somos, lo que pensamos, lo que creemos y lo que sentimos.
El juego en la familia contribuye a fortalecer la complicidad entre sus miembros, abre canales de comunicación, permite exteriorizar expresiones de afecto y emociones de forma natural y espontánea. Jugar en familia ayuda a construir una relación familiar sólida y duradera.
Es cierto que instaurar el hábito de jugar en familia requiere tiempo. Encontrar “un tiempo para cada cosa y cada cosa a su tiempo”, es uno de los grandes retos de los padres de hoy en día. Sin embargo, es una tarea en la que todos saldrán beneficiado:
 
  •  Los niños, además de los aprendizajes mencionados anteriormente, verán el juego como algo natural, cotidiano; una actividad más dentro de su vida; una actividad que les hace pasar un buen rato con sus padres, que les hace reír, retarse, emocionarse, ponerse serios, defender argumentos, divertirse…  
  •  Los padres, además de invertir tiempo en sus hijos y descubrir y disfrutar de su familia, recuperarán funciones que la seriedad y las responsabilidades de la edad les han “robado”. Jugar es una buena manera de no olvidar nuestra identidad, de recuperar la energía, relajar las tensiones, provocar la risa, desinhibirnos, favorecer la aparición de emociones que no nos permitimos exteriorizar en otros espacios de nuestra vida. El acto de jugar es la mejor oportunidad que tenemos para mostrarnos a los demás sin máscaras; es la mejor oportunidad para ser nosotros mismos. 

Jugar en familia es importante, tanto para el propio desarrollo personal como para la comunicación y el enriquecimiento de la vida familiar.  Si bien invertir tiempo jugando con los hijos cuando son pequeños es beneficioso para el establecimiento de una adecuada relación familiar, mantener esta actividad a medida que los hijos crecen consigue que la comunicación se mantenga y la buena relación familiar se consolide.


 Por todo esto , bien vale la pena rescatar y disfrutar los espacios de juego en nuestras casas.

3 comentarios:

  1. Coincidiendo con el título de esta entrada adjunto el enlace de una blog llamado Jugando en Familia. Con propuestas de juegos para bebés de hasta 3 años. Y con interesantes artículos sobre el desarrollo infantil.

    http://jugandoenfamilia.blogspot.com/p/a-que-jugamos-hoy.html

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