12.11.14

La empatía genuina no conoce fronteras…



El pianista británico Paul Barton es el protagonista de este gesto. Barton trasladó un piano hasta Elephantstay, un albergue, sin fines de lucro,  ubicado en montañas de Tailandia, a una hora de Bangkok; que sirve de refugio a elefantes heridos, viejos o discapacitados. 


Una vez ahí, Burton se ha dedicado a regocijar a los animales tocando para ellos distintas piezas, entre ellas la Sonata para piano No 8 de Beethoven o alegres sesiones de jazz. Los elefantes parecen agradecer la iniciativa de Barton, la cual más allá de su risueña extravagancia, representa en sí una inspiradora invitación a compartir lo que tienes, por ejemplo tu talento para la música, con aquellos que lo necesitan, en este caso elefantes maltratados.

Fuente: faenaaleph.com


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