16.9.16

¡Ya voy al cole!


Sugerencias para favorecer la adaptación escolar de los más pequeños

El ingreso a la escuela infantil marca importantes cambios en la vida familiar. Padres e hijos deben afrontar una nueva etapa donde la pérdida del “equilibrio” y el “bienestar” conocido hasta el momento por todos, se trastoca significativamente.

Entrar a la escuela marca la aparición de nuevas experiencias, nuevas personas, nuevos contextos, nuevas normas, nuevas interacciones y un sin fin de interesantes posibilidades de aprendizaje para todos, especialmente para los niños. Ese nuevo mundo, aunque lleno de novedades, de experiencias y de posibilidades por descubrir, es desconocido y por tanto genera incertidumbre. En algunos niños, ese desconocimiento puede generar ansiedad y miedo. Aquí es clave el rol que asumen los padres, madres y maestros. Su apoyo y acompañamiento es fundamental para que los niños puedan afrontar con éxito esta nueva etapa, sentando bases sólidas en su desarrollo emocional-social.

El primer contacto de los peques con la escuela infantil es un proceso más complejo de lo que aparenta. Y, aunque en ocasiones parece olvidarse, afecta tanto a los niños como a los padres. Sin embargo, hoy, con fines prácticos vamos a centrarnos en algunas sugerencias que pueden ayudarlos en su proceso de adaptación a este nuevo y hasta ahora desconocido espacio de interacción.

Antes de comenzar, es importante recordar que cada niño es único, así como lo es cada familia y cada padre/madre. Por tanto, es necesario tomar en cuenta las particularidades de cada caso para apoyar los procesos de transición hogar-escuela. En lo posible, hay que evitar la aplicación de protocolos de actuación rígidos o “recetas” que han funcionado anteriormente, simplemente porque “no todo es útil para todos”. Hay que tener presente que, aunque esta etapa debe ser vivida por los niños, el mayor o menor éxito que puedan obtener al afrontarla va a depender de la gestión del proceso que hagan sus adultos significativos. Evitemos pues las prácticas docentes repetitivas, las costumbres que lastran, los planteamientos prefijados y abramos nuestras miras a estrategias que disminuyan la ansiedad del momento y enseñen a nuestros hijos/as, desde su más tierna edad, que los cambios son oportunidades para descubrir y descubrirse, para aprender, para crecer, para mejorar, etc. Su inteligencia emocional lo agradecerá.

¿Qué es la adaptación?



Se puede decir que un niño en desarrollo está adaptado cuando sus intercambios con el medio favorecen su funcionamiento “normal.  Es decir, un niño adaptado, es aquel que puede ejercitar su curiosidad, poner a prueba sus fuerzas y descubrir/experimentar sus posibilidades de actuar con los objetos y las personas de su entorno; aventurarse a ensayar las transformaciones que puede ejercer sobre el mundo que lo rodea y aceptar/enfrentar los desafíos o las dificultades que su cotidianidad le presenta.
La adaptación consiste en un proceso continuo equilibrio-desequilibrio-reequilibrio que se dan mediante la reorganización psicológica del niño ante las circunstancias inesperadas que aparecen en sus interacciones con el medio que lo rodea. Cuando un niño se enfrenta por primera vez a circunstancias inesperadas (Como el primer día de colegio), se producirán incoherencias en su organización psicológica, desequilibrios en la relación con su entorno, sentimientos de insatisfacción, que desencadenarán secuencias de conductas que los conducirán a reorganizaciones innovadoras. Así, el niño pasará de un equilibrio menos estable a uno más estable entre él y su medio, produciéndose una nueva adaptación. Esta ruptura del equilibrio se repite constantemente en la vida del niño, ya que, al enfrentarse a un mundo cambiante, estará afrontando con frecuencia nuevos desafíos que rompan su equilibrio, disparen nuevas secuencias de comportamientos de reequilibración y conduzcan a nuevas adaptaciones.

¿Qué podemos hacer para favorecer la adaptación de los niños a la escuela infantil?

1. Toma en cuenta y respeta sus características evolutivas. Adapta tus expectativas a esa realidad. No esperes comportamientos que tu hijo/a no puede emitir, simplemente porque su desarrollo aún no se lo permite. Ten paciencia. Recuerda: la escuela es un ambiente desconocido, tu hijo/a hace lo que debe hacer: “recelar hasta conocer”. Cuando se sienta seguro, su conducta será más efectiva.

2. Acepta sus dificultades para moderar y canalizar sus sentimientos. Los niños pequeños no pueden manejar autónomamente sus emociones y responden  “en reflejo” a las que perciben en los adultos. Si tú estás tranquila, serena tu hijo reflejará ese estado emocional. Pero si estás angustiada, preocupada, tu hijo mostrará comportamientos similares. Recuerda “tu tranquilidad es la tranquilidad de tu hijo/a”.

3. Reconoce los pequeños y discretos logros que va alcanzando tu hijo/a día a día. Aparta de tu mente los sentimientos negativos, los miedos y todo aquello que te impida valorar los progresos de tu peque.

4. Abre los canales de comunicación con la escuela y alíate con ella para remar en la misma dirección. Si tienes inquietudes, dudas, incomodidades o necesitas información, “no le des vueltas a la cabeza”. Acude a la escuela y habla con sus profesionales. Juntos encontraréis soluciones prácticas y efectivas.

5. Háblale a tu hijo de la escuela siempre en positivo. Muéstrale lo divertido que puede ser ir al cole. Recuerda “el ve el mundo por tus ojos”.

6. Escucha con atención lo que tu hijo/a quiere contarte. Así podrás descubrir sus necesidades y brindarle el apoyo oportuno.

7. Utiliza los cuentos para explicar y dar respuesta/solución a situaciones o experiencias que viva o plantee tu niño. A través de los relatos es posible recrear infinidad de situaciones, con afectividad y sencillez. Los niños entenderán con mayor facilidad lo que quieras transmitirle.

8. Intégrate a las rutinas de recepción en el aula: saludar, colocar la bata, repartir juguetes, etc. (solicita la aprobación de la maestra, cada escuela tiene sus estrategias. Si discrepas convérsalo con los profesionales del centro, no descalifiques a ultranza). Conocer la dinámica de la sala te dará información, podrás valorar con precisión y combatir la desconfianza que puedas sentir. Además, te permitirá acompañar a tu hijo/a en su nuevo estatus de miembro de grupo.

9. Si tu hijo/a muestra ansiedad debes acortar la despedida. No lo engañes, despídete y recuérdale que volverás a buscarle, indicándole el momento en que realmente lo harás. Puedes utilizar las actividades como referencia, ya que los niños de corta edad tienen un manejo más concreto del tiempo.

10. Cuida tu lenguaje no verbal. Los niños tienen “súper antenas detecta emociones”. Muestra confianza y seguridad con tu gestualidad.

11. Disfruta con alegría el reencuentro cuando lo recojas al culminar las actividades escolares.

12. Reorganiza tu dinámica familiar en función de las nuevas actividades de tu pequeño. Incluye actividades de ocio o diversión en familia y rutinas que garanticen y faciliten su alimentación y descanso. Te ayudarán a mantener la calma y la serenidad y tu hijo/a reflejará ese estado anímico.

13. Fomenta la autonomía e independencia de tu hijo/a tomando en cuenta su nivel madurativo.

14. Garantiza la asistencia diaria de tu peque a la escuela, así favorecerás su adaptación. 

15. Asume esta etapa como parte natural del proceso de crecimiento y desarrollo de tu hijo/a. Evita concesiones que representen regresiones evolutivas. Por ejemplo, si no usaba chupete, no se lo des ahora; si dormía solo debe seguir haciéndolo. Este tipo de concesiones representan formas de mimar mal entendidas que solo fomentarán la inseguridad en los pequeños y dificultarán su adaptación a la escuela. Además, generarán, innecesariamente, problemas a posteriori. 

16. Si notas que tu hijo/a se siente más inseguro de lo habitual, incrementa tu atención y afecto hacia él con besos, abrazos, juegos, risas, etc. Pero evita las concesiones inadecuadas.

¿Conoces o has utilizado otras estrategias para favorecer la adaptación escolar de los peques?...Envíamelas y las compartiremos…

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